Wednesday, April 14, 2010

My trip to the beauty salon


Valentina y yo decidimos que tenemos que conocer y experimentar lo más posible los rasgos característicos de esta cultura. Es así como decidimos encontrar una peluquería para que nos hicieran el henna.


Realmente la peluquería fue toda una experiencia. Mientras esperábamos para que nos atendieran aprovechamos para curiosear lo que las sudanesas se hacían. Lo primero que vimos fue a una muchacha a la cual le colocaban unos hilos sobre la cara, los enrollaban de alguna manera y halaban de ellos (la pobre se veía pasando bastante dolor). Nosotras jurábamos que era una especie de limpieza de cutis, pero no, después nos aclararon que era un sistema para quitar los pelos de la cara (ouch! Y rece además que las pobres son bastantes peluditas).


Seguimos husmeando y el segundo escenario que nos encontramos es a una muchacha que le están depilando las cejas y la frente, pero cuando digo depilando debería estar diciendo afeitando porque se lo hacían con HOJILLA. Aparentemente para ellas los “cañones” y estar esclavizadas a hacer eso continuamente lo prefieren a tener que usar cera porque dicen que les saca arrugas muy temprano.
Bueno, así seguimos viendo y nos dimos cuenta que nadie se seca el pelo, cosa muy lógica considerando que tienen el pelo tapado todo el día por el velo. Vimos un solo secador en toda la peluquería salvo estos secadores antiguos que salen en las películas viejas, donde se metía la cabeza al hacerse la permanente, por ejemplo.


Por fin es casi nuestro turno. Al principio las mujeres nos veían con muy mala cara, como si se sintieran invadidas, pero una vez que empezamos a hablar fueron súper simpáticas. El escenario: 5 camas con sábanas viejas donde reposaban como 8 mujeres esperando o que les terminaran su diseño o que se les secara el henna. Según la explicación que nos daban es un proceso de todo el día en la peluquería, porque después de que las pintan, deben esperar 2 horas para que se les seque. Se raspan esa capa, se amarran unas bolsas plásticas en las manos y en los pies, y después de unos minutos les ponen la otra capa y tienen que esperar 1 hora más a que esa se seque. Por supuesto ya todas las clientas son íntimas y como nos dijeron “we use this time to talk about men problem” (que en esta cultura deben ser muuuchos). En vista del proceso eterno optamos por hacérnoslo con tinte, que es la otra opción del lugar, dura 30 minutos en secarse, y desaparece unos días antes que el henna.


Ellas se lo hacen cada 2 semanas, y no sólo por decoración y coquetería, en Sudán es OBLIGATORIO que las mujeres casadas tengan hennas en las manos y en los pies (básicamente para ellos el anillo no es prueba suficiente y por supuesto los hombre ni el anillo tienen que usar) y a pesar de que tienen libertad con los diseños, hay 2 cosas que no pueden faltar: pintarse todas las puntas de los dedos (queda tal cual como la prueba de que votaste) y pintarse completas las plantas de los pies. La discriminación hacia la mujer se ve en TODOS los aspectos.


Terminaron lo nuestro y nos fuimos con nuestras manos tatuadas (las cuales nos han celebrado mucho por la ciudad) acercándonos así a vivir un poquito más de cerca la experiencia.

2 comments:

  1. Que ganas como de cultura a cultura el fondo de la peluqueria nunca cambia: talk about men problems! jejeje, un solo chisme pues.
    Ahora lo de la descriminacion a la mujer me tiene LOCA chama, que ganas como tienen que hasta "embellecerse" para los hombres. No comentas nada del actual manicure. Te hicieron las manos "tradicionales" o fue solo el Henna??? Excelente cuento amiga te quierooo!

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  2. Vane!!! Q cool, q glamour y q coqueto ese tatuague de flores!!! Mis papi y mi mami me contaron q te contaron q un día yo estaba aburrida y me hice un tatuague parecido (más información: en casa de mi tía Marines)!!!
    Chiki.

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